Creo que esta es la review más difícil que hago en bastante tiempo. Es difícil por lo que representa este personaje en el mundo del metal, por lo que todo el mundo espera de él y por que este disco se me hace contradictorio entre lo que quiero escuchar de él y mis ideas generales sobre lo que debe hacer un artista.
Me da algo de pena no encontrarme con disco de “simple” heavy metal y hard rock en un trabajo de Ozzy, pero creo que me gusta más la idea de que el señor Osbourne decida avanzar según sus creencias y necesidades artísticas (los más polémicos dirán que según las de Sharon…) y lance al mercado discos diferentes, con un sonido diferente y que evidencian la evolución de este icono.
He de reconocer que las primeras escuchas de “Scream” fueron terriblemente decepcionantes (literalmente lo califiqué de “mierdaca épica”), pero rectificar es de sabios. He pasado mucho tiempo escuchando este disco, profundizando en sus canciones, en sus melodías, en sus estructuras. Es un disco difícil, sobre todo porque muy posiblemente es lo más alejado que Ozzy haya grabado con respecto a lo que todo el mundo esperaba de él. Por eso me ha llevado más tiempo de lo esperado acercarme a él debidamente.
Antes de seguir adelante debo decir que todos los fans del sonido clásico de Ozzy y todos aquellos que esperaban que tras las salida de Zakk Wylde el Príncipe de las Tinieblas volviera por sus antiguos fueros no encontrarán en este disco prácticamente nada que se aproxime a sus expectativas. Sinceramente, los que esperen un disco que recuerde a otros como Diary Of A Madman o incluso No More Tears es mejor que no se molesten en escuchar este disco. Hay otros muchos lanzamientos que les gustarán más.
Sin embargo los que sientan curiosidad por lo que ha hecho Ozzy esta vez y no le tengan miedo a que el vocalista innove su música y explore sectores nada convencionales para él puede que encuentren en este lanzamiento algo que valga la pena. “Scream” cuenta con una importante cantidad de elementos cercanos al industrial, con un uso inteligente y abundante de sintetizadores y con unas estructuras compuestas en un estilo muy contemporáneo.
El sonido general de este nuevo disco de Ozzy es muy moderno y cuenta con un sinfín de elementos que no habíamos visto antes en su música. No es ni mucho menos el retorno clásico que muchos esperaban, lo que sí es cierto es que consigue alejarse mucho del sonido Black Label Society que muchos le criticaron en “Black Rain”.
En este experimento llamado “Scream” Ozzy se acerca a un sonido que no es el suyo, pero al que consigue imprimirle esa personalidad que le caracteriza y nos ofrece un lanzamiento muy dinámico, en el que hay bastante variedad de sonidos entre los distintos temas. Algunos han quedado mejor (podría destacar la inicial “Let It Die”, el medio tiempo “Life Wont Wait” o la interesante “Latimer’s Mercy”) y otras se han quedado en un tiento que realmente no tiene nada que ofrecer y, además, resultan repetitivas y cargantes (para mi el mayor fracaso del disco es la ya bien conocida “Soul Sucker”).
Este nuevo disco del Ozzman tiene algunos temas realmente oscuros y misteriosos, con melodías verdaderamente perturbadoras (como el comienzo de “Diggin’ Me Down”) y, como ya he comentado, un gran número de elementos y la dirección estructural de los temas le dan a “Scream” un sonido y un aspecto muy moderno y por momentos con “ticks” industriales. La aparición de Gus G. no es realmente significativa en este disco, todos sabemos que es un muy buen intérprete y su participación compositiva en este lanzamiento ha sido prácticamente nula. Mucho más peso tiene la actuación del teclista Adam Wakeman, que consigue dotar a los temas de la ambientación requerida con su uso de las teclas y los sintetizadores (un gran ejemplo lo tenemos en “Crucify”) o incluso la sustitución de Mike Bordin por Tommy Clufetos en los parches.
Cómo ha ocurrido muchas otras veces, en “Scream” lo más destacable es el aspecto lírico de los temas; y es que Ozzy siempre ha sido buen letrista. Especial reconocimiento merecen las letras de “Fearless”, “I Want It More” (quizás los dos temas que más gustarán a los fans clásicos de Ozzy) y sobre todo “Latimer’s Mercy”.
Yo fui y soy de los pocos que tienen “Black Rain” como un buen disco (para mí está muy infravalorado) y debo decir que “Scream” me parece algo más flojo que aquel, pero más variado en contenido y sonido. Los fans más tradicionales de Ozzy muy probablemente pongan este nuevo trabajo de vuelta y media, alguno quizás llegue a usarlo de posavasos, pero lo cierto es que no es un mal disco, pero tampoco es un álbum especialmente destacable.
Me da algo de pena no encontrarme con disco de “simple” heavy metal y hard rock en un trabajo de Ozzy, pero creo que me gusta más la idea de que el señor Osbourne decida avanzar según sus creencias y necesidades artísticas (los más polémicos dirán que según las de Sharon…) y lance al mercado discos diferentes, con un sonido diferente y que evidencian la evolución de este icono.
He de reconocer que las primeras escuchas de “Scream” fueron terriblemente decepcionantes (literalmente lo califiqué de “mierdaca épica”), pero rectificar es de sabios. He pasado mucho tiempo escuchando este disco, profundizando en sus canciones, en sus melodías, en sus estructuras. Es un disco difícil, sobre todo porque muy posiblemente es lo más alejado que Ozzy haya grabado con respecto a lo que todo el mundo esperaba de él. Por eso me ha llevado más tiempo de lo esperado acercarme a él debidamente.
Antes de seguir adelante debo decir que todos los fans del sonido clásico de Ozzy y todos aquellos que esperaban que tras las salida de Zakk Wylde el Príncipe de las Tinieblas volviera por sus antiguos fueros no encontrarán en este disco prácticamente nada que se aproxime a sus expectativas. Sinceramente, los que esperen un disco que recuerde a otros como Diary Of A Madman o incluso No More Tears es mejor que no se molesten en escuchar este disco. Hay otros muchos lanzamientos que les gustarán más.
Sin embargo los que sientan curiosidad por lo que ha hecho Ozzy esta vez y no le tengan miedo a que el vocalista innove su música y explore sectores nada convencionales para él puede que encuentren en este lanzamiento algo que valga la pena. “Scream” cuenta con una importante cantidad de elementos cercanos al industrial, con un uso inteligente y abundante de sintetizadores y con unas estructuras compuestas en un estilo muy contemporáneo.
El sonido general de este nuevo disco de Ozzy es muy moderno y cuenta con un sinfín de elementos que no habíamos visto antes en su música. No es ni mucho menos el retorno clásico que muchos esperaban, lo que sí es cierto es que consigue alejarse mucho del sonido Black Label Society que muchos le criticaron en “Black Rain”.
En este experimento llamado “Scream” Ozzy se acerca a un sonido que no es el suyo, pero al que consigue imprimirle esa personalidad que le caracteriza y nos ofrece un lanzamiento muy dinámico, en el que hay bastante variedad de sonidos entre los distintos temas. Algunos han quedado mejor (podría destacar la inicial “Let It Die”, el medio tiempo “Life Wont Wait” o la interesante “Latimer’s Mercy”) y otras se han quedado en un tiento que realmente no tiene nada que ofrecer y, además, resultan repetitivas y cargantes (para mi el mayor fracaso del disco es la ya bien conocida “Soul Sucker”).
Este nuevo disco del Ozzman tiene algunos temas realmente oscuros y misteriosos, con melodías verdaderamente perturbadoras (como el comienzo de “Diggin’ Me Down”) y, como ya he comentado, un gran número de elementos y la dirección estructural de los temas le dan a “Scream” un sonido y un aspecto muy moderno y por momentos con “ticks” industriales. La aparición de Gus G. no es realmente significativa en este disco, todos sabemos que es un muy buen intérprete y su participación compositiva en este lanzamiento ha sido prácticamente nula. Mucho más peso tiene la actuación del teclista Adam Wakeman, que consigue dotar a los temas de la ambientación requerida con su uso de las teclas y los sintetizadores (un gran ejemplo lo tenemos en “Crucify”) o incluso la sustitución de Mike Bordin por Tommy Clufetos en los parches.
Cómo ha ocurrido muchas otras veces, en “Scream” lo más destacable es el aspecto lírico de los temas; y es que Ozzy siempre ha sido buen letrista. Especial reconocimiento merecen las letras de “Fearless”, “I Want It More” (quizás los dos temas que más gustarán a los fans clásicos de Ozzy) y sobre todo “Latimer’s Mercy”.
Yo fui y soy de los pocos que tienen “Black Rain” como un buen disco (para mí está muy infravalorado) y debo decir que “Scream” me parece algo más flojo que aquel, pero más variado en contenido y sonido. Los fans más tradicionales de Ozzy muy probablemente pongan este nuevo trabajo de vuelta y media, alguno quizás llegue a usarlo de posavasos, pero lo cierto es que no es un mal disco, pero tampoco es un álbum especialmente destacable.
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